En el momento de plantear lo que va a ser la empresa es un instante muy intenso y bonito, y si le sumamos que nos vamos a un país diferente todo se amplifica. Es más que probable que se tomen decisiones en “caliente” ya que es un punto muy intenso en el que se ve todo con optimismo y una esperanza un tanto irreal en muchas ocasiones. Por ello, puede suceder que las cosas se compliquen y surjan sorpresas a la hora de llevar a cabo el plan empresarial inicial.
Al elegir los socios de nuestro negocio, tendremos que basarnos en criterios profesionales, como la formación o la experiencia, mucho antes que en elegir personas cercanas con las que tengamos confianza y afinidad. Es verdad que ambos son muy importantes, pero también lo son la experiencia y profesionalidad. Si lo que quieres es un negocio vaya por el buen camino, ir bien acompañado será indispensable.
La mejor forma de evitar problemas es contar con unas escrituras sólidas donde se indique claramente el porcentaje de capital de cada socio, así como una hoja de trabajo interna que distribuya funciones, honorarios y carga de trabajo de cada uno de los socios.